Por qué no deberías tocar gratis: diez razones de peso para músicos aficionados y profesionales

Por qué no deberías tocar gratis: diez razones de peso para músicos aficionados y profesionales
Red Leaf The Band en The Blueberry (Norwich, Inglaterra, 2013) - Pic: Roger Blackwell - CC BY 2.0

¿Es siempre un buen enfoque regalar para alguna vez cobrar? Planteamos la situación habitual de tocar gratis, y buscamos algunas razones por las que es mejor defender un modelo comercial que valore tu trabajo…

No deja de ser curioso que, ante las opciones para tocar en directo, muchos promotores y empresarios sigan pensando que la música es un acto gratuito, y que así debe seguir siéndolo, razonan casi siempre. Después de todo, gracias a ellos existen las salas, el equipamiento, las afluencias de gente (en algunos locales), o ciertos presupuestos dedicados a la promoción de sus eventos. Pero «ese tener la sartén por el mango de continuo» no es algo que compagine de forma adecuada con tu actividad musical, piénsalo; el hecho de «tocar gratis» no se lleva muy bien con la valoración justa de tu tiempo, o tus medios, instrumentos, equipamiento, ambiciones… y en definitiva, tu música, que tantos días y noches se ha llevado de tu vida.

Claro que, por descontado, hay otro tipo de profesionales en el sector que sí estarán dispuestos a valorar tu trabajo y a pagarte una cantidad justa por lo que haces. En el primer caso, el del «gratis total» o cualesquiera versiones esotéricas e imaginativas del «porcentaje sobre las consumiciones» que luego siempre acaba menguando, el concepto promocional siempre aparecerá sobre la mesa de negociación –desconfía si ni llegases a ver esta «mesa». Y dado que el segundo caso de los empresarios justos se da en la escena musical, el de los primeros con su tocar gratis tendría que sufrir necesariamente de su influencia.

¿Cuál es entonces el problema? Te lo diremos con un enfoque: Lleva cuidado, porque mucho de lo que tú hagas, te conducirá por un camino u otro. Y en último término, ya seas un músico que desea abrirse paso, con tu banda o en solitario, o tengas una actividad profesional como músico, el hecho de «tocar gratis» debería ser más un hecho circunstancial sometido a una valoración meditada que una norma en tu desarrollo como artista.

Claro que habrá situaciones y momentos: En su reportaje El Valor De Tocar Gratis, Dani Álvarez analiza las condiciones y conclusiones por las que muchas bandas deciden ofrecer su música sin recibir dinero a cambio; también detalla situaciones comunes, y se encuentra mucho silencio por respuesta en su búsqueda de información por el sector. Y sin duda, en este post enarbolamos como bandera la iniciativa de Clásica FM Radio que, a través del blogger Miguel Galdón, promueve la filosofía operativa resumida por los hashtags #NoTocamosGratis y #NoTocamosPorCerveza: es una pose mucho más productiva, fuera de toda duda.

El hecho de «tocar gratis» debería ser más un hecho circunstancial sometido a tu valoración meditada que una norma en tu desarrollo como artista…

Diez argumentos para que evites tocar gratis tu música

Si eres un músico aficionado

  • Los instrumentos tiene un alto coste: Por muy barato que te haya salido tu sintetizador, teclado, guitarra, batería, bajo o lo que toques, todo tiene un precio. Y tampoco olvides su mantenimiento. Multiplica por ‘X’ según el número de lo que uses… Vaya, es un mal negocio arriesgar todo eso a cambio de nada. Y la realidad es que muchos de los instrumentos, accesorios, sistemas y complementos que usamos, no son baratos.
  • Son muchas las horas tras tu atractivo artístico: Llegar hasta donde estás, te habrá supuesto muchas horas de aprendizaje, ensayo y colaboraciones con otros. ¿De verdad crees que eso se ofrece gratis? Seguro que habrá gente dispuesta a pagar por ver tus resultados y tu arte.
  • ¿Por qué llamarlo promoción cuando es un chantaje? Muchos empresarios estarán dispuestos a ofrecerte la opción de tocar gratis, argumentando que es «una oportunidad». Pero llamémoslo por su nombre: en realidad sólo quieren aprovecharse de tus esfuerzos y conocimientos. Sopesa todo antes de acceder a cualquier propuesta.
  • La valoración pública de la Música depende en parte de ti: Como creador musical, miembro de una banda o músico, lo que tú hagas acabará afectando a cómo se percibe el valor de la Música en tu entorno. Haznos un favor a todos y añade tu parte para que no se ensucie su nombre o se menosprecie su valor. Después de todo, también es tu nombre y tu propio valor: tú le pones el precio.
  • Piensa en otros, tú podrías estar después en su lugar: Si tu única opción es tocar gratis, si eso es parte de tu costumbre, estarás ocupando el hueco de muchos músicos profesionales y aficionados que cobran por su trabajo. Y tendrán razón al acusarte de que les estás robando su trabajo. No hay nada como usar la empatía y verte, algún día, en su mismo lugar y pensando de forma parecida.

El concepto promocional suele aparecer sobre la mesa de negociación –pero desconfía si ni llegases a ver esta “mesa”… Nos referimos a que esas ofertas deben estar rodeadas de seriedad y justicia para tu trabajo…

Si eres un músico profesional

  • Has dedicado tu vida a forjar una carrera y un nombre: Una cosa puede llevar a la otra, aunque sean independientes o sea difícil que ocurran en una misma persona. Piensa en el tiempo que has tenido que dedicar para estar en tu situación, y verás claro que tu trabajo siempre debe tener un precio. Eso es parte de ser profesional, al igual que lo es guiarte por la máxima de que tu tiempo siempre es oro.
  • El placer de la música, sin olvidar que es tu fuente de ingresos: Puede ser fácil caer en una situación de menosprecio de tu trabajo si te dejas llevar sólo por el placer de tocar. Quienes viven de la música, son privilegiados por tener ingresos haciendo lo que les gusta, pero nunca olvides que hacer eso que te gusta te da para vivir. Siempre debe ser así, sin importar que te lo pases mejor o un poco peor. Y tocar gratis puede conducirte después a sentirte mucho peor.
  • Tú eres tu primer y último factor de valor: Tu trabajo empieza por asumir tu precio, continúa cuando lo vendes, y acaba parcialmente cuando lo cobras. Si tú no eres el primero en valorar seriamente tu propia actividad, será harto difícil que alguien lo haga por ti. Y piensa que más allá de tu papá o mamá, habrá muchos dispuestos a valorarlo por lo que puedan obtener en el proceso.
  • Dinero fácil para otros, muy fácil: Tus destrezas, cuando son de disfrute gratuito, siempre implican que alguien se acabe lucrando por tus esfuerzos y el ofrecimiento de tu trabajo. En muchas situaciones, tú podrás tocar gratis, pero otros verán una oportunidad de negocio –ata bien todos los cabos.
  • La Música tiene un precio: El disfrute de la Música es universal, abierto y accesible, porque casi todos nacemos con ese don (nos acordamos de los que son insensibles). Pero eso no implica que se confunda el disfrute abierto de la Música con la disponibilidad gratuita de los medios para canalizarla. Pon siempre un precio a lo que ofreces, y defiéndelo.

¿Qué te parece este asunto sobre tocar gratis? ¿Y cuál es tu posición al respecto?