Korg Monotron -el recuerdo del sintetizador en miniatura que impulsó el revival analógico en 2010

El trabajo de Tatsuya Takahashi empezó con Korg MonoTron y llegaría hasta monologue -pero no acabará ahí

¿Hacía falta una lupa para usar este sintetizador miniaturizado cien por cien analógico? A pesar de su tamaño, Korg Monotron ofrecía un aprovechable sinte, capaz de sonidos arrolladores…

Allá por 2010, la feria tecnológico-musical Frankfurt Musikmesse era un centro mundial de atención; y en el mes de Marzo de aquel año, volvía a conceder una importancia capital al hardware sonoro. Al tiempo de la presentación de los sintes Roland GAIA SH-01 y Lucina AX-09, destacaba sobre todo el despliegue de Korg en cuanto a maquinaria, pues la marca presentó en Alemania más productos que muchos otros fabricantes juntos –¡fueron hasta 24 novedades!

En particular, la firma japonesa consiguió sorprender a sus seguidores y confundir a sus competidores con un llamativo producto. ¿Quién habría imaginado que harían un AUTÉNTICO sintetizador analógico en pleno 2010, embutido en una carcasa más pequeña que un paquete de cigarrillos?

El diminuto Korg Monotron llegaba entonces como un completo sintetizador analógico con un solo VCO, un VCF, y un LFO. Y por increíble que pareciese, integraba el mismo filtro analógico que incluyen sus míticos modelos hermanos del pasado MS-10 y MS-20. Además, ofrecía la posibilidad de procesar sonidos externos a través de su circuitería, cuando conectabas la fuente de los mismos a la entrada de audio externa de su panel posterior.

Chollo inmediato, locura de masas: Korg Monotron volaba de las estanterías

El argumento resultaba apetecible ante un montón de gente: Podías ir olvidando las altas pujas por los clásicos monosintes MS-10 o MS-20 en sitios como eBay, preparándote para disfrutar de los mismos filtrados por mucho, MUCHO menos dinero… ¡el precio de lanzamiento apenas llegaba a los 60€!

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Con unas medidas ridículas de 120 x 72 x 28mm y un peso de 95g sin pilas (funciona con dos pilas AAA), Korg Monotron cabía en cualquier bolsillo. Eso sí, convenía tener mucho cuidado con su endeble carcasa de plástico –y es que si lo guardabas en el bolsillo trasero de tu pantalón, no era para nada recomendable que te sentases, a menos que decidieses samplear un fatídico crujido. Y bien, esto es algo que durante mucho tiempo después, cantidad de gente ha experimentado con sus teléfonos móviles, aunque eso es otro asunto diferente del que nos ocupa…

Y es así, porque esto era un auténtico instrumento electrónico: Mientras sostenías el sinte sobre la palma de una mano, eras capaz de utilizar la otra para manejar su diminuto «teclado de cinta». Reconocemos incluso hoy que costaba un poco precisar las notas de una melodía con ese teclado, pero Korg Monotron resultaba ser ideal para interpretar todo tipo de arrastres, glissandos y portamentos. Incluso, si mantenías un dedo pulsado y atacabas otro punto del teclado, el oscilador saltaba entre dos tonos distintos de forma instantánea.

Un sistema sonoro básico, pero Korg Monotron daba mucho juego creativo

El oscilador (VCO) ofrecía un generador de sonido muy básico, aunque combinado con el filtro y el LFO conseguía generar barridos y efectos magníficos. Ajustabas el LFO para que controlase el tono o el filtro y luego girabas con frenesí su correspondiente dial, que parpadeaba en rojo al ritmo de los ciclos del LFO –a valores más lentos, Korg Monotron generaba una siniestra y pausada pulsación, mientras que los ajustes más frenéticos terminaban por difuminar esa luz… ¡Magnífico!

Por su parte, el filtro disponía de un knobPeak‘ que controlaba la intensidad, y un control de corte que progresaba desde cálidos y suaves realces hasta tremendos alaridos de alta frecuencia. ¡Sólo tenías que ponerte a procesar unas cuantas señales carnosas a través suyo para deleitarte con los resultados!

Korg Monotron generó todo un linaje -que sigue hoy en venta
Korg Monotron generó todo un linaje -que sigue hoy en venta

Incluso siendo tan básico, Korg Monotron daba mucho juego. Llevaba integrado un diminuto altavoz (aunque era recomendable conectarlo a un sistema más grande en cuanto tuvieses la oportunidad); y su panel posterior alojaba una salida de audio, la mencionada entrada para señales externas, más un control de volumen.

Por si fuera poco, en aquella misma situación de la feria de 2010, los amigos de Korg nos contaron que habían empezado a desarrollar una versión estéreo, controlable vía MIDI, que no tardaría demasiado en estar disponible… Pero eso fue otra historia que algún día, también escribiremos por aquí.

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«Herederos» Monotron
| Korg, DuoDelay

Recordamos las aportaciones y recuerdos de nuestro amigo y antiguo colaborador José Manuel Duque, sin las que este texto no habría visto la luz. ¡Gracias, amigo!