Breve historia del sonido lo-fi

Las técnicas de sonido lo-fi añaden interés y personalidad propia a proyectos de cualquier estilo musical

El concepto de sonido lo-fi se refiere al proceso de hacer una grabación de poca calidad de forma deliberada, capturando el ruido, la distorsión, y la imprecisa respuesta en frecuencia de equipos de calidad reducida.

Aunque hay quien piensa que el procesamiento lo-fi es técnicamente imperfecto, el carácter y el ritmo de las grabaciones lo-fi convierten a éstas en una útil técnica creativa dentro de cualquier género.

A continuación, examinaremos la historia de la música lo-fi, repasaremos las características de esos sonidos, y luego veremos cómo recrearlos con equipos clásicos, hardware moderno, y plug-ins software.

Las raíces del método
La idea de realizar grabaciones lo-fi es un fenómeno relativamente reciente. Desde el estilo delta blues de los años 20 a la música garage rock de los 60 y el punk de los 70, las grabaciones de baja calidad han asaltado las tiendas de discos. Pero la cuestión es si muchos de esos temas poseían una baja calidad deliberada.

Las grabaciones de baja calidad han existido desde que Thomas Edison empezó a usar papel de aluminio y cilindros de cera, pero el término lo-fi supone una elección activa para grabar en baja calidad, y no una grabación de baja calidad debida a restricciones técnicas o a falta de conocimientos.

Nebraska de Bruce Springsteen fue el primer álbum comercial de baja fidelidad, pues su contenido incluye demos masterizadasEl punto culminante fue el lanzamiento del álbum Nebraska (1982) por Bruce Springsteen. Tras haber grabado demos en casa con una unidad de cassette Teac Portastudio y un par de micros Shure SM57, Springsteen se fue a un estudio para grabar esos temas con su grupo E Street Band.

Tras las sesiones de grabación se vio que las versiones de estudio carecían de la energía y vitalidad de las demos. Eran muy limpias y perfectas, pero las grabaciones originales capturaban mejor el espíritu de las canciones que las versiones de estudio, y Columbia accedió a masterizar y lanzar las demos y no las versiones de estudio.

Nebraska no fue el primer álbum lo-fi, pero sí la primera vez que un artista decidía de forma deliberada sacar una grabación lo-fi debido a su carácter y energía. Tras él, muchos artistas han seguido los pasos de The Boss y se han construido géneros enteros sobre la base de sacrificar unos impolutos valores de producción en aras de lograr un sonido más auténtico.

El ejemplo de Springsteen ilustra bien el atractivo del carácter lo-fi, y esas características estéticas reflejan los rasgos sonoros de los sonidos de baja calidad: alteraciones en la respuesta en frecuencia, menor rango dinámico, distorsión y saturación, y los rasgos lo-fi asociados al muestreo y la grabación digital de baja calidad.

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Técnicas lo-fi
Examinemos las técnicas lo-fi. Hay dos formas principales para crear grabaciones y efectos lo-fi: «de verdad» o simulando. Veremos la última opción más tarde, pero primero analizaremos cómo usar equipos clásicos reales para crear ese sonido lo-fi.

La mejor forma de lograr una recreación exacta del sonido de equipos lo-fi clásicos es regresar a los orígenes. Aunque hoy trabajamos en un entorno moderno de producción y solemos buscar sonidos limpios e impolutos, eso no significa que no podamos usar equipos de baja calidad para dar un toque lo-fi a nuestra música.

Es posible crear de forma fácil genuinos efectos lo-fi con fuentes sonoras, dispositivos de grabación, y unidades de procesamiento de baja calidad. La lista de equipos a usar para este fin es casi ilimitada: reverbs digitales clásicas, platinas, previos, samplers, unidades de distorsión, etc. Te darán auténticos sonidos lo-fi con sólo pasar la señal a través de ellos camino de tu secuenciador.

Además, es factible abusar de los equipos y no sólo usarlos: sobrecargar las entradas/ salidas o emplear ajustes muy oscuros exagerará la distorsión y los efectos para colorear el tono.

Uno de los modos más efectivos es volver a grabar los sonidos a través de viejos amplis y altavoces. Eso capturará los rasgos sonoros no sólo del equipo de reproducción, sino también del micro y previo usados en la grabación. Si quieres unos buenos resultados lo-fi, usa un micro y un previo viejos y baratos y colorea la señal conforme ésta regrese. Como sucede en todas estas técnicas, el equipo defectuoso no supone problema alguno, pues siempre que el sonido pase a través de él y quede modificado, valdrá.

Las opciones lo-fi no se restringen a los efectos en el procesamiento de la señal. Los sintes y las cajas de ritmos no se consideran unidades lo-fi de por sí –aunque hay excepciones en el caso de productos muy baratos dirigidos a usuarios caseros– pero el sonido resultante también podrá tener esa baja calidad.

El hardware clásico de muestreo es una fuente inagotable de sonidos lo-fiEl hardware para muestreo de los años 80 y 90 es uno de los mejores modos de obtener versátiles sonidos lo-fi. Si usas equipos digitales, buena parte de los efectos lo-fi proceden de bajas profundidades de bit, reducidas frecuencias de muestreo, aliasing, y artefactos sonoros introducidos por conversiones AD/DA imprecisas. Podrás procesar cualquier fuente disparando muestras a partir de antiguas cajas de ritmos, teclados, y samplers en rack, y eso añadirá una capa de ruido digital antes de que te dediques a su procesado.

Por desgracia, el muestreo clásico tiene un precio. Los samplers clásicos más demandados –como E-mu Emulator y la gama SP-1200, las primeras unidades Akai en rack, e incluso la gama MPC60– alcanzan precios cada vez más elevados en el mercado de segunda mano. Si buscas algo más barato, decídete por la unidad de 8bit Ensoniq Mirage (limitada, pero excelente), o por las unidades Akai de 16bit (con más existencias) como el modelo S1000.

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Efectos lo-fi
El segundo modo de crear efectos lo-fi no conlleva usar equipos clásicos sino emplear efectos comunes para emular las características de frecuencia, distorsión, y rango dinámico de los equipos de baja calidad. Crearás sonidos lo-fi analógicos con suaves plug-ins de overdrive, sutiles compresores que introduzcan distorsión, efectos de saturación, EQs y filtros, simuladores de amplis, etc.

Si buscas un sonido más digital, usa bitcrushers y reductores de frecuencia de muestreo, distorsión clipping, e incluso pésimos plug-ins para reverb algorítmica, y obtendrás ese toque digital de estilo años 80. Si deseas el espíritu de los antiguos métodos de grabación, usa efectos de emulación como Massey TapeHead o iZotope Vinyl y añadirás un toque de cinta analógica o vinilo respectivam
ente.

Logic Space Designer: un gran ejemplo de procesador software de reverb por convolución, ideal para emular unidades hardware añejas de reverberaciónUna de las mejores técnicas es menos obvia: usa efectos de reverb convolutiva para emular los sonidos de unidades hardware, exactamente igual que éstas emulan los rasgos acústicos de un espacio. Pasa un impulso a través de una unidad lo-fi externa, carga la muestra resultante de nuevo en el efecto de convolución y úsalo para añadir una respuesta en frecuencia y unas características armónicas similares a cualquier señal. Muchos secuenciadores incluyen ya un efecto de convolución –como ‘Space Designer’ en Logic y ‘REVerence’ en Cubase– pero si no dispones de ellos, un plug-in del tipo Audio Ease Altiverb te valdrá.

Por contra, algunos de los métodos más convincentes (y más fáciles) para crear sonidos lo-fi están en la nueva cosecha de emulaciones y efectos modelados dirigidos a recrear el sonido de los equipos clásicos. ‘The Vintage Sampling Modes’ en Native Instruments Maschine, por ejemplo, ofrece recreaciones muy fieles del sonido de Akai MPC60 y E-mu SP1200 (a 12bit/ 40kHz y 12bit/ 26,04kHz, respectivamente).

¡Qué felicidad!
Pensar que no todo tiene que ser limpio, estar perfectamente grabado, y expertamente producido es una liberación.
Usar elementos lo-fi en los temas te permite beneficiarte de una gama de sonidos diferentes sin tener que estar siempre a la búsqueda de la perfección y la calidad sonoras.

Podrás crear temas enteros usando valores lo-fi de producción –géneros enteros se han basado en ese enfoque– pero el oyente no tiene por qué saber que has creado un sonido lo-fi de forma deliberada. A veces vale la pena potenciar el hecho de que puedes crear temas de gran calidad si quieres, y los resultados más efectivos se consiguen a menudo creando una distinción entre elementos hi-fi y lo-fi en el mismo tema.

Por ejemplo, un tema bien producido con un bucle lo-fi de batería o una muestra muy procesada que se repite capturará parte del espíritu de ese sonido lo-fi, al mismo tiempo que aumentará el impacto y la energía. Por contra, un breakdown o un puente lo-fi construirán tensión antes de que reaparezcan los valores hi-fi en la caída. Como otras técnicas de producción, los mejores efectos provienen de construir y relajar tensión entre sonidos opuestos.

La unión de técnicas hi-fi y lo-fi es un modo genial de incorporar contraste. Con sólo unas cuantas unidades baratas de equipos clásicos, un par de plug-ins bien escogidos, o una buena emulación, proporcionarás variación a tu música.

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Formatos lo-fi
Un antiguo equipo de vídeo puede añadir un toque sucio a tus sonidos  Algunos de los mejores efectos lo-fi usan formatos pobres u obsoletos de grabación. Usa un reproductor de cassettes con una entrada de línea para procesar audio: graba en una cinta y pásalo luego a un secuenciador. Las baratas y antiguas máquinas de cinta en carrete –o reproductores de vídeo– se usan de forma similar. Si grabas audio en una cinta usada de vídeo y lo pasas a tu mezcla, añades las caídas y pérdida de frecuencia de las viejas cintas de vídeo –las técnicas de grabación digital también funcionan así.Los samplers y las cajas de ritmos clásicos ofrecen esa misma solución, pero todo dispositivo que grabe audio (desde un juguete para niños a teclados baratos para muestreo y dictáfonos) sirve para procesar sonidos y eliminar ese toque pulcro de las grabaciones hi-fi de audio.

Puedes grabar sonidos en un dispositivo y remuestrearlos y reproducirlos como instrumentos de sampler, o volcar pistas completas de audio en hardware antes de mezclarlas de nuevo en tu producción. Uno de los enfoques lo-fi más interesantes fue el usado por Portishead, pioneros del estilo trip hop a mediados de los 90. Como su sonido se basaba tanto en muestras de viejos temas funk y soul, este grupo pasó sus grabaciones a vinilo, y tras usar scratching las devolvió a las mezclas, creando un sonido lo-fi cohesivo e integrado.

Unos discos de acetato cuestan unos 40 euros, y son un modo barato de dar energía genuina y ritmo lo-fi a tu trabajo.