Bueno, ahora que veo que el tema está un poco más maduro (aunque sin muchas colaboraciones todavía) creo que es el momento de poner mis cartas sobre la mesa.
Perfectamente sabía, cuando lancé la cuestión, que se me objetaría con aquello de la creatividad a través de la mezcla, el punto de reverb aquí o allí, la compresión creativtiva, la panoramización genial y todas esas cosas. Pero es que yo, aunque respeto enormemente la labor de los ingenieros de sonido (sin Alan Parsons no habríamos tenido el «The dark of de side moon» como lo conocemos, por poner un ejemplo entre miles),
admiro mucho más la labor de un buen compositor. Mi máxima es la siguiente: un tema es musicalmente bueno si suena bien con solo silbarlo. A ver cuantos temas (muchos de ellos éxitos),
de esos que se llevan casi todo el presupuesto en producción (como las malas películas se lo llevan en efectos especiales) suena decente con solo silbarlo. Es más, casi ninguno de ellos es posible silbarlo. Es todo fachada, componenda, técnica, artesanía mejor o peor, pero nuca arte. Si sabéis silbar, probad con Yesterday o con Angie, y veréis lo que es pasar unos buenos momentos sin aditivos ni colorantes.
Bien, bien… Sé que esto puede escocer, pero no estoy pretendiendo meterme con nadie. Cada cual a lo suyo y en lo suyo. Lo que sucede es que un buen compositor casi nunca es un buen mezclador, y viceversa.
En fin, ahora no puedo extenderme más porque tengo prisa, pero os aseguro que tengo muchas más cosa que añadir al respecto.