Rabietas técnicas: el trance del beta testing

Beta Testing

Cargando las tintas… ¿me pregunto por qué me siento como si fuera un beta tester?

Hace algunos años, las compañías de software asumían una fase de pruebas beta para sus productos, una etapa previa al lanzamiento que dedicaban a solucionar aquellos problemas que podrían dejar en evidencia al programa cuando llegase al mercado.

Sin embargo, con el paso del tiempo, los fabricantes nos han dejado esa responsabilidad a nosotros. Sí, tú y yo (los clientes) nos hemos convertido en «probadores» o beta testers del software. Y claro, desde el punto de vista del fabricante, supone una jugada redonda.

Internet está llena de foros y páginas de ayuda dedicadas a casi cualquier tipo de hardware y software musical, probados por nosotros en situaciones de la vida real. Algunos de esos sitios web han sido puestos en marcha por los propios fabricantes.

MENSAJES DE NUESTROS PATROCINADORES

Al poco tiempo de que lancen la actualización de una aplicación, ya estamos ahí «posteando«, buscando solución para algún problema, contrastando opiniones con otros usuarios y, sobre todo, informando de todos los nuevos bugs para que el fabricante los lea. ¡Es perfecto!

Desde luego, reconocemos que el software que utilizamos hoy es tan complejo que la fase de pruebas beta debe suponer un gran desafío (y un gran coste) para cualquier compañía. Pero eso no les exculpa en absoluto. Los fabricantes deberían cuidarse mucho de vender un producto que no hace como es debido lo que ellos dicen que hace.

Además, las aplicaciones musicales ya ofrecen tantas funciones que cada vez tenemos menos necesidad de actualizarlas. Y eso es muy malo para las compañías, que necesitan que sigamos comprando sus productos. Les daría un consejo: «si queréis mi fidelidad (y mi dinero), probad tantas versiones beta como hagan falta antes de lanzar un producto. No seguiré trabajando gratis para vosotros, faltaría más».

El autor es un conocido productor que desea permanecer en el anonimato (¡cobarde!). Future Music no se hace responsable de las opiniones expresadas en esta columna.