CÓMO SACARON ESE SONIDO…

Nuestro microscopio de disección sonora se dirige esta vez hacia el bajo del mega-éxito Cant’ Get You Out Of My Head. Lee nuestras conclusiones e intenta recrearlo en tu propio estudio…

EL ÉXITO DE Kylie Minogue Can’t Get You Out Of My Head ha sido una de las mejores pistas pop de los últimos años. Tenía algo que trascendía el ámbito de una típica canción pop, con el que llegó a mucha más gente que a los quinceañeros. Incluso tenía un cierto encanto de los 80, muy ligado a la escena electroclash en boga cuando salió esta pista, y marcó nuevas tendencias comerciales que muchos trataron de imitar. Por supuesto, el videoclip de este tema también contribuyó a su éxito –ese vestido es encantador, ¡y le queda de muerte!– pero estamos convencidos de que, como en casi todos los hits del dance, el secreto de ese groove tan contagioso estaba en el sonido minimalista de la batería y el bajo.

Mientras el bombo marca un cuatro-por-cuatro, el bajo ocupa las síncopas intermedias; ya sabes, uno Y dos Y tres Y cuatro Y uno, etc… Casi puedes escucharlo ahora, ¿verdad?

La atmósfera de la pista se basa en este bajo «hueco» que, en realidad, está compuesto por dos sonidos distintos. Como es lógico, hay un bajo fundamental, en este caso derivado de un incisivo diente de sierra filtrado con tiempos de caída y desvanecimiento cortos en la envolvente del VCA.

Sin embargo, la magia reside en el segundo elemento, que añade un armónico acampanado a la nota raíz del bajo. Para recrear el armónico usamos el softsinte ES-2 de Logic, mientras que para la parte principal cargamos la forma de onda ‘Poor2’ que ofrecen los osciladores ‘2’ y ‘3’. Este sonido se parece mucho al de una campana y está afinado a quintas (siete semitonos por encima de la nota raíz). Además, los otros osciladores aportan armónicos más suaves que se combinan para modelar ese tono metálico. Por último, el componente más agudo del bajo fue procesado con una reverb para darle una sensación más espacial.