Korg MS-20 mini, sintetizador monofónico analógico

Korg MS-20 mini, sintetizador monofónico analógico
Casi todo el potencial sintético y las sensaciones del clásico MS-20, a una fracción de su precio. MS-20 mini es un valor seguro para nuevos usuarios y una joya para los conocedores de la historia de Korg
ORIGINALIDAD E INNOVACIÓN
92
RESULTADOS SONOROS
90
FACILIDAD DE USO
85
RELACIÓN PRESTACIONES / PRECIO
95
Nota de lectores2 Votos
75
Destacamos
Diseño analógico y sonido a la altura del concepto
Resucita el sonido del modelo clásico, con su mismo modo operativo
Grandes opciones para diseño sonoro e interpretación, a un precio ajustado
Señalamos
El ajuste de algunos knobs, debido a su reducido tamaño, es algo incómodo
El sonido de los filtros es muy similar al del filtro Korg 35 original, aunque con diferencias sutiles
No acaba de convencernos el tacto "plasticoso" de su teclado
91

El monosinte analógico Korg MS-20 fue presentado inicialmente en 1978, y ha logrado ser uno de los sintetizadores más icónicos de épocas recientes. Su fabricación fue abandonada en 1983, y ha visto varias resurrecciones en forma de controlador MIDI, como softsinte de emulación y como app para dispositivos iOS. Ahora, regresa casi en su forma original…

En épocas no muy lejanas, Korg MS-20 se convirtió en un clásico de culto de la escena dance & electrónica, sobre todo debido a sus versátiles filtros duales que permiten crear sonidos retorcidos, efectos demoledores, golpes de batería, y sonidos solistas y bajos cuyo sonido es todo un referente. Y todo ello a pesar de que en su origen, fue considerado como un «primo pobre» del aclamado ARP 2600, a causa de su similar diseño semi-modular basado en cables de patching.

La tremenda popularidad de Korg ms20 se debe a su capacidad modular, sólida construcción y atractivo diseño. Suponemos que su afinación, relativamente estable por nuestra experiencia, también le ha dado puntos de preferencia frente a otras máquinas analógicas que son un desastre en este sentido.

Hoy entendemos las razones de Korg para relanzar el analógico MS20: la investigación y desarrollo de casi todos los osciladores y filtros ya se hizo para las gamas Monotron y Monotribe, los precios de los modelos originales se han revalorizado en un 50% en sólo siete años (sobre 1.400€ a principios de 2013), y los anteriores productos iMS-20 y Legacy Collection MS20 gozan de una gran popularidad.

Resurrección jurásica

Es maravilloso tener un analógico Korg MS-20 totalmente nuevo delante de tus manos, aunque sea casi un 14% más pequeño. Quizá tengas uno de los originales, pero incluso así, es una propuesta muy excitante –es la primera recreación completa de una máquina clásica, procedente de un mítico fabricante de sintes.

Este Korg mini replica la apariencia y las sensaciones del original, pero su peso y tamaño reducidos le hacen ganar enteros para llevártelo de bolos, por ejemplo (Korg debería ofrecer una maleta o bolsa de transporte opcionales, pues no es fácil comprar una caja para guardar un sintetizador con forma de ‘L’).

Su construcción sigue siendo sólida, con chasis metálico y laterales de plástico. Revisamos su interior, ordenado y con mucho espacio libre. En cuanto al hardware, nuestra queja se refiere a los knobs más pequeños, pues «bailan» demasiado y así su ajuste preciso es algo más difícil que en el original, aunque los controles más grandes son sólidos. Este problema se agudiza aún más en los controles ‘Master-Tune’ y ‘Fine-Tune’, y a veces es difícil aunar del todo las secciones ‘Osc 2’ y ‘Osc 1’, a no ser que pongas mucho cuidado; por cierto, no ofrece sincronización de osciladores.

El tamaño razonado y razonable de Korg MS-20 mini

Korg escogió una reducción de tamaño frente al original para evitar que los modelos originales sufriesen una devaluación, pero esta forma más compacta quizá atraiga a muchos compradores. Además, el teclado de tres cuartos es sorprendentemente bueno. Se toca de forma rápida, está bien balanceado, parece de mejor calidad que el aparatoso teclado original, y las teclas son lo bastante grandes para adaptarse a cualquier intérprete. Incluso abarcas una mayor distancia que en el original, por lo que saltar entre octavas resulta más fácil.

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Si bien las teclas «normales» del original son claramente más cómodas y fáciles de tocar, el nuevo teclado de tres cuartos cumple con creces su misión. Dicho eso, la mayor ventaja de Korg MS-20 mini sobre el original es su puerto ‘MIDI In’ posterior y la dotación de MIDI sobre USB. Vale, no hay rastros de MIDI CC o transmisión/ recepción de velocidad (sólo ‘note on/off’), pero esas opciones habrían incrementado mucho el precio. Así las cosas, no hay quejas: es un MS 20 Korg  nuevo y auténtico, que cuesta 599 euros, lo cual arroja un ahorro de no menos de 850 euros sobre los actuales precios de MS-20 originales de segunda mano.

Es un camaleón sonoro que genera tanto sonidos básicos como sobresalientes, así que se merece la etiqueta de «todo-terreno»…

Fidelidad imposible

Que nadie se lleve a engaños… Korg ha tenido que hacer algunos sacrificios. Si bien nos aseguran que han usado componentes y transistores equivalentes a los originales, MS-20 mini incluye Componentes electrónicos de Montaje Superficial (SMD), detalle que repercute en las posibilidades de modulación (por ejemplo, para sincro de osciladores y Modulación del Ancho de Pulso, o PWM).

Sus osciladores están estabilizados digitalmente, como en Monotribe, pero suenan parecidos a los del original. Las ondas y opciones son iguales, por lo que ‘Osc 1’ ofrece ondas triángulo, sierra, pulso/ cuadrada (aunque sin PWM), además de ruido blanco; ‘Osc 2’ genera ondas sierra, cuadrada, pulso, y modulación en anillo.

Los ‘footages’ (tonos) son los mismos, y el más grave para ‘Osc 1′ es 32′, mientras que el más agudo es 4’. En ‘Osc 2′, el más grave es 16′ y el más agudo 2’. Es una enorme gama de tonos, pero va más allá pues el control de afinación precisa de ‘Osc 2′ barre una frecuencia muy amplia y dispones de una octava por encima del ajuste de 2’. Korg MS-20 mini sonará por debajo de 32′ usando el dial ‘EG1/ EXT’ y los controles para afinación precisa/ afinación máster.

La prueba de la verdad

Bien, lees esta prueba porque te interesa especialmente nuestra valoración sobre el sonido de este Korg Mini. Sus VCO son capaces de crear graves pesados o cortantes solistas, y cuando los pasas a través de los filtros, seguro que «destrozarán» cualquier equipo de audio o generarán agudos que (si lo deseas) te arrancarán los oídos. Esta versatilidad hace de Korg MS-20 mini una máquina genial. Es muy fácil sintetizar bombos, cajas, charles, subgraves, chillidos, y profundos bajos de gran presencia. Su portamento es deliciosamente suave y nos encanta su enorme barrido.

Pero la potencia de este Korg Synth reside en sus filtros paso-alto y paso-bajo –capaces de auto-oscilación– además de sus envolventes y la sección de modulación. Ahora bien, el modelo original de Korg MS20 tiene dos tipos de filtro según su fecha de fabricación: el típico filtro Korg 35 o el dispositivo OTA de modelos posteriores basado en componentes más comunes.

Algunos usuarios opinan que el filtro Korg 35 es más selectivo y resuena de una forma más agradable que la versión OTA. Los diseñadores reconocen esa idea y han escogido el filtro Korg 35 para Korg MS-20 mini. Y es una delicia tener la posibilidad de comparar el sonido de ambos modelos gracias al empleo común del filtro Korg 35.

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Locuras entre filtros

Muchas comparativas no especifican el filtro del modelo original, pero nuestra prueba se basa en una comparación real de ambos circuitos en términos de filtrado. Y nos complace reconocer que el sonido de los filtros de MS-20 mini es muy similar al del filtro Korg 35 original, aunque con diferencias sutiles.

En nuestro MS20 original, el filtro paso-alto puede reducir toda la gama de graves de una forma absoluta, mientras que el modelo mini deja intacta una mayor parte del sonido con un ajuste máximo en ese tipo de filtro. El paso-bajo también posee un sonido sutilmente diferente, y se abre de forma más brillante en los agudos y quizá incluso algo más profunda en los graves, pero su gama de medios también es menos pronunciada que la del original, y eso hace que la resonancia muerda en un punto diferente cuando uses ajustes iguales, tanto en el modelo original como en Korg MS-20 mini –esto es cierto en la resonancia tanto de los filtros paso-alto como paso-bajo.

La resonancia (sobre todo en la respuesta paso-bajo) es algo más limpia en sus ajustes extremos y tiende a permanecer más tiempo sobre el sonido del oscilador. En el original, la resonancia se mezcla algo más con el tono del oscilador y el sonido se rompe de forma más alocada en los extremos del teclado. La diferencia final es que los filtros no son tan potentes en los medios-agudos como en el clásico MS-20. Nuestro antiguo Korg MS suena como si estuvieses enviando los osciladores a través de un pedal fuzz de los 70 cuando ajustas el filtro paso-bajo a una resonancia elevada y el corte a un nivel medio; mientras que el nuevo mini es más sutil con esos mismos ajustes, y hay un menor gruñido en la zona de medios en las voces. Aún así, este aspecto sonoro quizá cambie conforme las unidades mini cumplan años, al igual que sucedía con los originales, cuyo sonido se «oscurecía» con la edad.

En ningún momento decimos que Korg MS-20 mini suene mal, aunque sí debemos ilustrar las diferencias entre un sintetizador reluciente de 2013 y un clásico de 1979.

¿Veremos reediciones de Mono/Poly, Polysix, secuenciadores SQ o cajas de ritmos de Korg?

Frente a frente

MS-20 mini tiene la presencia esperada, aunque las tolerancias ampliadas de los componentes actuales alteran el sonido de forma sutil. Korg argumenta en su web que «el sonido de MS-20 mini posee una calidad algo más brillante y extrema porque ese sonido es el de un Korg MS-20 original impecable cuando salió a la venta, y antes de que sus componentes envejecieran». Esta declaración es un gran argumento, y sólo los dueños de un clásico detectarán estas diferencias tocando ambos modelos bis a bis. Disparando sonidos sin modulación, hay pocas diferencias –pero se nota al hacer barridos de filtro o con ajustes dinámicos de las envolventes.

Los nuevos poseedores alucinarán por la gama sonora que brinda un mini Korg de sólo 599€. Es ideal para iniciarse en la síntesis, y si eres un diseñador sonoro consumado, será una genial máquina de experimentación. Es un camaleón sonoro que genera tanto sonidos básicos como sobresalientes, así que se merece la etiqueta de «todo-terreno».

Nuestra reverencia ante la hazaña de Korg MS-20 mini

Nos quitamos el sombrero ante Korg: su recreación del clásico MS-20 es auténtica y funcional en grado superlativo. Les aplaudimos por resucitar a una joya del pasado de una forma tan respetuosa y con tanto acierto de mercado. Han escuchado a las comunidades de usuarios, y han logrado resumir su propuesta en una máquina de masas a cambio de un precio asequible. La razón se la da la respuesta del mercado: si quieres un Korg MS-20 mini, tendrás que sumarte a las enormes listas de espera.

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El precio de los MS20 originales no caerá de una forma global (aunque ya hemos visto algunas ofertas desaprensivas a precios de 2003, sobre unos 700€). Después de todo, es un modelo clásico por derecho propio, y su teclado de tamaño normal, su sección de patching con jacks de 1/4″, y sus tonos más gruñones marcan una buena diferencia. Si finalmente, los poseedores de MS-20 originales compran unidades Korg MS-20 mini para directo y su empleo «de tralla», será el mejor reconocimiento del acierto de Korg.

Creemos que MS-20 mini es la punta de lanza de otros muchos productos y sintes analógicos… ¿Veremos reediciones de Mono/Poly, Polysix, secuenciadores SQ o cajas de ritmos de Korg? Este movimiento tan valiente debería impeler a que otros fabricantes «grandes» relancen sus clásicos al mercado. Pero sin prostituir su historia con refritos o usos oportunistas de nombres, como ya hemos visto en numerosas ocasiones.

Más información | KORG
Precio: 599€