20 trucos contra el bloqueo creativo musical

Estas ideas serán tu asistencia cuando te encuentres en un momento de vacío creativo…

20 trucos contra el bloqueo creativo musical

Ya sabes lo que se siente. Te quedas en blanco mirando al monitor, escuchando esa maqueta insulsa y repetitiva que pensabas que iba a catapultarte a la fama hace sólo un par de horas. Aquella idea tan groovy y original está enterrada bajo una masa de mediocridad; cuando intentas añadir algo interesante tus manos no te responden, y siguen tocando los mismos y desgastados acordes. Mal rollo, tío, tienes un bloqueo creativo…

Para empeorar aún más las cosas, tienes un pequeño diablillo sobre tu hombro que te dice que si te compras la última maravilla tecnológica se acabarán todos tus problemas. Puede que sí, pero también puede que no… Existen enormes estudios profesionales y domésticos repletos de increíbles equipos que te harían llorar, pero ¿cuántos de ellos consiguen producir un éxito rotundo?

De hecho, no importa cuánto te gastes en equipos, porque no crearán los temas por ti (al menos de momento). Si se te pone cuesta arriba el tema de la composición, prueba alguna de las ideas que te presentamos a continuación. Tampoco escribirán los temas por ti, pero seguramente te darán alguna indicación sobre cómo hacerlo…

Dedícate a otra cosa

[1] Escucha música. Es obvio si piensas en ello, pero ¿cuántos hemos ido al estudio, nos hemos pasado el día currando y hemos vuelto a casa sin escuchar nada más que nuestro tema una y otra vez? La próxima vez que golpees tu cabeza contra la pared, «desconecta» y escucha la música de otra gente durante unos 20 minutos. Y el hecho de que hagas techno no significa que tengas que escuchar techno. Estas breves interrupciones musicales pueden resultar muy útiles para evadir tu mente durante un rato.

[2] Intercambio de papeles. Si te quedas colgado con alguna parte del tema (como las programaciones de los ritmos, por ejemplo) ponte a hacer otra cosa. Edita los sonidos del sinte o graba algunos samples nuevos durante media hora, y luego vuelve a la carga. No te empeñes demasiado con un problema, o perderás la perspectiva.

[3] Cambia de proyecto. Si sigues siendo incapaz de avanzar con un tema, guárdalo y ponte a trabajar en otro. Se tarda menos de lo que crees en cambiar los sonidos, así que no seas vago.

[4] Date un respiro. Si sólo vas a tener en cuenta un consejo de este artículo, quédate con éste. Cada par de horas, más o menos, apaga la música y sal a relajarte unos diez minutos. Lee un libro, date un paseo y cómprate un Kit Kat. Créenos, funciona de maravilla. Aunque debemos decir que esos Kit Kats nos parecen un poco empalagosos. En fin…

[5] Busca una segunda opinión. Tu música no es un ente autónomo, así que ¿por qué tienes que comértela tú solo? Pregunta a la gente qué le parece tu tema. Consulta a tus compañeros, a tu tía, a tu lechero… Te darás cuenta de que el punto de vista del exterior es mucho más claro. Y (aunque esto es menos probable) podrías descubrir que el lechero tiene un colega que dirige un sello, y está buscando alguien que haga una música exactamente como la tuya. Por soñar que no quede.

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Los límites exteriores

[6] Limítate. A veces, tenemos tantas opciones ante nosotros que eso mismo constituye más un inconveniente que una ventaja, así que intenta trabajar con un solo instrumento o con un efecto, incluso con un solo acorde. Al imponerte estas barreras podrás aprovechar lo mejor de ti mismo y de tu equipo.

[7] Comprométete. La aparición del MIDI a mediados de los 80, provocó una absurda obsesión por dejar todas las partes de un tema (sonidos, arreglos, tempo, tonalidad) abiertos a cambios, justo hasta la hora de mezclar. Sin embargo, si algo suena bien ¿por qué no te comprometes y lo grabas? Si has encontrado un sinte matador o un ritmo bestial ¿por qué no los «tuestas» en audio? Cuando te enfrentes a esta prueba de autoconfianza, enseguida descubrirás qué partes del tema crees que son buenas y cuáles simplemente pasables.

[8] Apúrate. Un día, en lugar de empezar un nuevo tema y pasarte toda la jornada trabajando con él, oblígate a crear un tema nuevo cada dos horas. Al final del día, elige el mejor de todos y sigue trabajando con él.

Utiliza tus oídos

[9] Intenta escuchar. Cuando estás sentado frente a la pantalla de tu ordenador, probablemente no estás oyendo tu tema. Bueno, claro que lo estás oyendo, pero ¿lo estás escuchando de verdad? Seguramente, no. Apaga el monitor (o pásalo a un iPod para escucharlo en otra habitación), y empezarás a oír las cosas desde una perspectiva distinta. Coge un lápiz, anota los cambios que debes realizar, y luego vuelve al tajo para llevarlos a cabo. Después, repite todo el proceso.

[10] Tesoro enterrado. Cuando estés creando un tema no sigas añadiendo partes nuevas -intenta eliminar alguna de ellas. Empieza «muteando» distintas secciones, especialmente los trozos que consideres esenciales. Podrías descubrir que algunas cosas funcionan de un modo que nunca habías imaginado. A veces, desactivar una reverb o un delay puede alterar completamente la atmósfera de un tema.

[11] Mezcla sobre la marcha. Es un truco parecido al anterior: no dejes de mezclar hasta que acabe el proceso creativo. De vez en cuando, para y mezcla algunas cosas, aprovechando al máximo los sonidos que ya tienes. Es posible que tu tema sólo necesite un poco más de potencia y claridad.

[12] Analiza esto. Si tienes problemas para ubicar tu loop matador de ocho compases en un tema completo, consulta tu colección de discos. Coge lápiz y papel, escoge un tema cualquiera y analiza su estructura. Anota lo que va ocurriendo compás a compás (aunque casi todos los cambios suelen aparecer cada ocho compases). Por ejemplo, cuándo entra el bombo, cómo evoluciona el tema y cuándo aparecen las voces. Intenta copiar esta estructura en tu propio tema y luego utilízala como punto de partida, aunque no lo dejes exactamente igual.

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Organiza tu entorno para hacer frente al bloqueo creativo

[13] Toma notas. Si te topas con algo realmente brillante (ya sea un efecto concreto, un ritmo espectacular o un truco de mezcla resultón), escribe cómo lo conseguiste. Rellena tu bloc de notas con todas tus fuentes de ingenio, y luego sumérgete en él cuando te abandone la inspiración.

[14] Nunca tires nada. Cuando parece que tu tema no evoluciona hacia ninguna parte, siempre surge la tentación de tirar todo a la basura. Sin embargo, no deberías desaprovechar esas ideas sin haberlas grabado de alguna forma, ya sea una rápida mezcla a cinta o simplemente guardando la secuencia en la carpeta ‘Temas muertos’. Aunque esa carpeta pueda llenarse más rápido de lo que te gustaría, conviene repasar esas malas ideas de vez en cuando con los oídos despejados, porque quizás escondan alguna joya oculta.

[15] Allana el camino. Si estás totalmente bloqueado musicalmente, ¿por qué no dedicas un rato a organizar el estudio, sustituyendo cables estropeados, limpiando tu disco duro o realizando cualquiera de las 101 tareas importantes que tu estudio necesita? Si aprovechas esa noche extraña para adecentar tu entorno de trabajo, la próxima vez que vayas a hacer algo no tendrás que perder media sesión solucionando problemas técnicos. Quién sabe, incluso podrías encontrar ese billete de 50 euros que perdiste hace tres años…

Relajación absoluta

[16] Tu espacio personal. Nos referimos a esas indescriptibles vibraciones que convierten una habitación vacía en un estudio. A nadie le importa gastarse una pasta gansa en equipos, pero nos da mucho palo invertir más de 100 euros en decorar el estudio, ¿verdad? Es una pena, porque debería ser el cuarto más enrollado de toda la casa.

Píntalo de un color inusual, o por lo menos cuélgale unos cuantos pósters. Rescata del olvido algunos flyers que te recuerden unas cuantas noches salvajes y pégalos por ahí. Llena las paredes de alfombras (eso también mejora la acústica de la sala) o cuelga un Madelman del techo. En definitiva, haz cualquier cosa para que tu estudio sea un sitio más interesante: según la filosofía del feng shui, eso influirá sobre tu creatividad.

[17] De buen rollito. Con la excepción de Portishead, Leonard Cohen y quizá Britney Spears, la música debe ser divertida, por tanto ¿por qué no puedes divertirte también mientras la creas? Muchos productores dance aseguran que hicieron algunos de sus mejores trabajos a las cuatro de la mañana, después de una noche de fiesta. Entonces, de vez en cuando, ¿por qué no te pillas un pedo con tus amigos, bailoteas por ahí y te echas unas risas cuando se te atasque un tema? Aunque acabes sufriendo una resaca infernal, ¡te lo habrás pasado de p*** madre!

[18] Deja hueco para el azar. Todos saben que algunas veces los accidentes musicales son el germen de un tema espectacular. El truco consiste en animarles a que aparezcan. No intentes controlar todo en el estudio maniáticamente. Deberías dejar los sintes y los efectos tal y como estaban conectados en la última sesión cuando empieces un nuevo tema, porque es posible que surjan sonidos extraños e inesperados. Si tienes una mesa digital, con rellamada de escenas, ¿por qué no escuchas tu nuevo tema a través de unas cuantas memorias distintas de mezcla?

[19] Enfoque oblicuo. Si estás preparado para una completa creatividad zen, tienes que conseguir la serie de tarjetas Oblique Strategies de Brian Eno. Elige una tarjeta al azar y luego intenta aplicar con sentido el consejo que te ofrece dentro del contexto del tema con el que estés trabajando. Su principal valía es que ponen en marcha de nuevo a tu cerebro.

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Bájate versiones PC/Mac de las tarjetas Oblique Strategies

 

[20] Ponte filosófico. A veces, eso te ayuda a meditar reposadamente sobre el misterio de la creatividad. Sobre todo cuando te has tirado todo el día escribiendo un montón de basura. Es posible que todos guardemos una cierta cantidad de mala música en nuestro interior, y tenemos que dedicar un día a quitárnosla de encima para quedarnos solamente con el buen material. No sabemos si esta técnica funcionará contigo, pero consigue levantar el ánimo a mucha gente.


Hasta aquí, nuestras ideas prácticas para hacer frente al bloqueo creativo -¿qué pasa contigo?, seguro que también tienes algunos recursos en este ámbito, ¡y nos gustaría conocerlos! Deja abajo tus comentarios.