Para empezar, siempre se recomienda disponer de un piano de buen sonido y grabarlo en una sala que posea una buena acústica. Por desgracia, las circunstancias no son siempre ideales, pero puedes probar diversas técnicas de microfonía que permiten sacar el máximo partido de tu piano cuando te dispongas a grabar su sonido.
Lo primero que debes decidir es si vas a grabar tu piano en mono o en estéreo. Quien se siente al piano para tocarlo escuchará las frecuencias graves a su izquierda y las agudas a su derecha, pero quien lo escuche desde una cierta distancia, no lo percibirá de esa manera, sino que oirá un sonido coherente y no podrá distinguir la mano izquierda de la derecha. No obstante, las técnicas de grabación estéreo permiten panoramizar un piano a lo largo de una porción del espectro estéreo, ubicando las gamas de notas graves y agudas del teclado en extremos opuestos de ese panorama. Todo depende de la perspectiva y de los gustos personales, pero sobre todo vamos a contarte cómo se graba un piano de cola utilizando dos micrófonos.
No hay normas universales para grabar un piano, aunque para ello casi siempre se utilizan micros de condensador. Cada técnico suele hacer las cosas de una manera distinta, que varía según el tipo de música que vayas a grabar, que el piano suene o no al mismo tiempo que otros instrumentos, o en función de la cantidad de sonido ambiental de la sala que desees añadir.
El sonido del piano progresa y cristaliza a una cierta distancia del instrumento, así que colocar los micros muy cerca de las cuerdas puede producir un sonido poco natural con desequilibrios dinámicos y tonales, además de captar ruidos mecánicos de los mecanismos. No obstante, algunos ingenieros colocan un micro cerca de las cuerdas agudas y otro cerca de las graves a unos 15cm de distancia, más o menos. Para muchos, eso está demasiado cerca, y prefieren una posición intermedia entre las cuerdas y la tapa abierta del instrumento.
Los micros pueden apuntar hacia los mazos, en cuyo caso se obtiene un sonido más percusivo cuando se acercan al piano. Si separas demasiado un par de micrófonos, puedes obtener cancelaciones de fase y un «agujero» en la imagen estéreo, así que conviene que tengas cuidado para encontrar la colocación óptima. En este caso, parece más razonable emplear un par coincidente de micros o casi coincidente.
También es posible microfonar con un par coincidente más alejado. No escuchamos un piano metiendo nuestra cabeza dentro de la tapa, así que parece más sensato sacar los micros de ahí para colocarlos donde se enfoque el sonido, de tres a cinco metros de distancia. Este método capturaría el sonido de la sala.
Imagina un arco que recorra un piano de cola desde el borde del teclado hasta el final de su parte posterior. A lo largo de este arco, el timbre del instrumento irá cambiando debido a las posiciones relativas de las cuerdas graves y agudas, aumentando el peso de graves hacia la cola del piano. Pues bien, si colocas un par de micros en un punto situado a lo largo de este arco, obtendrás el equilibrio deseado de graves y agudos. Si los micros están sobre soportes elevados que apuntan al centro de la caja del piano, ajustarás la altura, su inclinación y la distancia horizontal desde el piano a tu gusto.
Además, es posible añadir micros mono adicionales más cerca del instrumento, que apunten a zonas concretas del espectro tonal para depurar el equilibrio del par estéreo. Por ejemplo, si el contenido en agudos capturado por los micros estéreo te parece muy reverberante, mezcla su señal con la de un micro mono colocado más cerca de las cuerdas agudas.
Te hemos ofrecido algunos trucos y detalles sobre técnicas habituales -no dejes de compartir con nosotros los detalles que hayas aprendido con tus pruebas y experiencias.
Todas las imágenes por cortesía de Roger Labs